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Esta semana visitamos la XXXI Feria del Libro Católico en República Dominicana, y nos encontramos con una fabulosa exhibición llamada "Un Retablo para Dios", dedicada a la historia del Retablo y su evolución a través de la historia de la Iglesia. A su vez, te presenta un homenaje a los retablos de la zona colonial de Santo Domingo, capital de la República Dominicana.

Mira el video de nuestro recorrido por la exhibición en este link: https://www.facebook.com/krystalos/videos/5558714787561846

Y como nosotros somos de los que leemos todas las tarjas informativas que colocan en los museos, documentamos las dos tarjas de la exhibición para presentarte esta valiosísima información, autoría del Dr. Arq. César Iván Feris-Iglesias (Cursillo No 5) y del Arq. César Langa Ferreira (Cursillo No 549).

Si no tenías ni la más mínima idea de lo que es un retablo, ahora te enterarás. ¡Que disfrutes de esta travesía histórica, religiosa y cultural!

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El Retablo (Parte 1)

Fundamental Arte Sagrado, desde el inicio de las Peregrinaciones hasta la Modernidad

Con el inicio de las Peregrinaciones a los Lugares Santos de Roma, Santiago de Compostela y Jerusalén, se presentó la necesidad de celebrar la Eucaristía en lugares despoblados y al aire libre. Colocar una mesa para Altar, no presentaba ningún problema; lo que resultó más complicado, era la función de crear el Espacio Sagrado para distinguir la ceremonia religiosa, aislada del lugar en donde se encontraban los fieles laicos que participaban en ella. Después de diversos intentos o soluciones, el más acertado de todos resultó ser la creación de una especie de “Biombo o Mampara”, en madera ligera de dos, tres o más cuerpos, unidos por bisagras que permitían girar en el sentido adecuado, y que abiertos resultaban ser auto portantes. Estos paneles se construyeron con medidas de ancho y alto proporcionadas al Espacio Sagrado a cubrir y a la facilidad de transportarlos. Dependiendo del número de paneles del “Biombo”, los llamaron con el número genérico de Dípticos, Trípticos o Polípticos; e inicialmente eran paneles lisos, sin ningún elemento decorativo, exclusivamente funcionales, o sea, definir el Espacio Sagrado del profano.

Poco tiempo después de solucionar este problema, se procedió a decorar con pinturas las facetas internas del “Biombo”, dejando en las opuestas el color natural de la madera, o pintado con colores neutrales, sin diseños de ninguna especie, sólo para proteger la madera de la intemperie. Muy pronto surgió la idea de recurrir a la pintura de imágenes sagradas, con temas adecuados a los lugares de destino u otros considerados sagrados, en medio del trayecto de las peregrinaciones. Resultado de la reflexión, los principales temas escogidos fueron dedicados a la Sagrada Familia, los Apóstoles y primeros mártires del cristianismo, sumando a los Patriarcas y Profetas del Antiguo Testamento. Esta pieza de carpintería, pintada y decorada, que se colocaba detrás del Altar para la celebración Eucarística durante las jornadas de peregrinación, recibió pronto el nombre en latín de “RetroTabula”, que traducido al español se describe como “la tabla de detrás” o Retablo, que es el nombre común como se conoce regularmente esta pieza del Arte Sagrado.

Durante la Edad Media, a medida que se le reconocía valor de sacralidad al cuerpo de Santos y Mártires, surge una pieza ornamental, usualmente realizada en metales y piedras preciosas, para contener reliquias de los mismos, para ayuda de nuestra fe y devociones de laicos y religiosos. A veces, estos Relicarios se encuentran en capillas familiares y templos; otros que se transportaban en las peregrinaciones con la finalidad de colocarlas en los Altares, durante las celebraciones de las Eucaristias realizadas al aire libre.

Durante la transición del período Románico al período Gótico, la pieza portátil denominada Retablo, se fue integrando al espacio religioso estable o permanente, tales como capillas, abadías, bautisterios, basilicas-santuarios, iglesias parroquiales, monacales y las catedrales sedes de los Señores Obispos. El Retablo se mantuvo siempre en su espacio detrás del altar, dejando de ser sencillos paneles planos de maderas pintadas, hasta convertirse en estas piezas fijas, monumentales en tamaño, realizadas usualmente en madera y existiendo otros ejemplos realizados en piedras, como mármoles, alabastro y malaquita, así como metales y mosaicos. El retablo monumental está dividido en “Niveles” horizontales, desde la Base hasta el Pináculo o Peineta (en España y Portugal y en otros países Iberoamericanos) y verticalmente en “Calles”, pudiendo ser de una o múltiples Calles; dependiendo del ancho y alto del Presbiterio.

El retablo ha servido comúnmente a funciones narrativas religiosas, tales como escenas de la vida de Jesús, de su Madre María, de Santos y Mártires, así como guardar preciosas reliquias y al centro colocar lo que conocemos como Sagrario, en donde se conservan las Hostias Consagradas, para la devoción de laicos y religiosos. En los retablos, con el nuevo sentido de profundidad, las imágenes son esculpidas o talladas, tridimensionales y con mucho más sentido de realismo; por esta razón se pintan con colores que tienden a lo natural, y veremos en períodos más recientes, como en el Barroco, en que se procura utilizar pelo natural, ojos de cristal y vestuario y joyas reales para mayor sentido de autenticidad en las imágenes del Retablo.

Para complementar lo anteriormente expresado, queremos agregar que, en la composición del Retablo, los niveles horizontales se distinguen por finas molduras del repertorio clásico y las divisiones verticales se señalan con columnas o pilastras del mismo estilo arquitectónico del conjunto. La Persona Sagrada a quien se dedica un determinado Retablo, aparece en la hornacina principal del mismo, en el cruce central de la calle con el nivel correspondiente. Desde el período Renacentista hasta el Barroco de la Contrarreforma, los retablos se destacan por el uso del oro y la plata como superficie de terminación, fundamentalmente sobre los retablos en madera y de manera destacada, en los retablos Barrocos Iberoamericanos.

El Retablo (Parte 2)

Con gran respeto para nuestros visitantes, queremos destacar en esta exposición, dedicada fundamentalmente a Los Retablos del Período Colonial Dominicano, la maestría en la confección de los mismos, que se conservan en el interior de los principales Templos correspondientes al Centro Histórico de la Ciudad Colonial de Santo Domingo, Primera Capital del Mundo Iberoamericano en nuestro Continente. Nos complace en hacer notar la maestría en la confección del Retablo propiamente señalado; el trabajo del ebanista, una ejecución manual, artesanal y de gran valor artístico, así como la labor en la aplicación de colores y del pan de oro y plata simultáneamente. Recomendamos una dedicada mirada en cada hornacina, en las Calles y Niveles, en las molduras y tallas que se observan en basamentos, pilastras y coronamientos, hasta abarcar con una nueva visión el Retablo completo y la armonía en sus proporciones.

En algunos de nuestros Retablos, se siente la composición y el equilibrio del último momento del Renacimiento español o plateresco, del mismo modo se pueden confundir algunos, con el neoclasicismo más cercano a nuestra época; pero debemos reconocer que la gran mayoría de nuestros retablos pertenece al período Barroco: donde las columnas salomónicas de fustes retorcidos abundan, o las columnas pareadas, o las columnas monumentales que alcanzan varios niveles del retablo; o las Peinetas de coronamiento que se transforman en llamas flameantes. Las proporciones en el Retablo alcanzan niveles verticales que superan los horizontales; y el oro y la plata confunden la mirada, tratando que la materia desaparezca y se sustituya por el sentido espiritual.

Dentro de la unidad del Retablo como escenario de fondo, se presenta lo fundamental dentro del conjunto monumental: Esto es, la imagen de la figura sagrada que queremos destacar, pongamos un ejemplo que nos sirva de modelo, la Virgen María. Si se trata de un retablo dedicado a María, ella ocupará la hornacina central y en las demás hornacinas aparecerán imágenes de sus padres, San Joaquín y Santa Ana, de su esposo San José, de su hijo Jesús niño o durante su pasión redentora, su prima Santa Isabel y su hijo San Juan Bautista, etc. La lectura del Retablo se realiza desde el Nivel más bajo y de izquierda a derecha en todos los casos. Ahora ha aparecido lo fundamental del Retablo, que son las imágenes sagradas que encierra el mismo.

Ahora tenemos ante nuestra propia mirada lo que justifica la construcción de esa maravilla realizada por el arte y la arquitectura, como si de un gran relicario se tratara, ya que la joya sagrada que custodia, distinta a la reliquia de Santos y Mártires, son las notables esculturas o imágenes de personajes sagrados realizados, en su gran mayoría, por grandes artistas de siglos pasados, cuyos nombres se han perdido en incendios, parásitos del papel, huracanes y otras causas que han destruido importantes archivos parroquiales del período colonial. Alguno queda como modelo de lo que queremos significar, en la Imagen del Cristo Crucificado que se encuentra en el retablo de piedra coralina, en el Crucero Sur de la Iglesia de Santo Domingo (Convento de los Dominicos) en la Ciudad Colonial, proveniente de uno de los talleres del más grande de los escultores andaluces del siglo XVII: Martínez Montañez.

Reflexionando sobre este tema, queremos tener pensamientos positivos y esperar que los estudios basados en la iconografía, ciencia actual ayudada por la tecnología, ofrezca como resultado de la investigación, que varias de estas tallas y esculturas, provienen de talleres de conocidos artistas españoles de valor universal de siglos pasados, y que hoy se conservan en nuestros templos coloniales o nuevos Museos que surgirán en nuestra Ciudad Colonial para estos fines. Sin ninguna duda, múltiples de nuestras tallas y esculturas coloniales, poseen indiscutibles valores estéticos e históricos que hacen de ellos verdaderas joyas que enriquecen el Patrimonio Cultural Dominicano.

El segundo aspecto de ésta extraordinaria exposición de Arte Sagrado, que con motivo de la XXXI Feria del Libro Católico, consiste en mostrar una valiosa colección de Artículos Auxiliares al Culto, provenientes todos de templos coloniales y otros de arquitectura republicana; los cuales conservan objetos y piezas proveniente de épocas más recientes, los cuales poseen un Valor Universal. Todas ellas contribuyen a la contemplación de las Imágenes de los Retablos provenientes de nuestra Arquitectura Colonial del Centro Histórico.

Listado de Objetos Expuestos: a)-Cruces Procesionales b)-Candelabros c)-Vinajeras d)-Crucifijos de Altar e)-Sagrarios f)-Santos de Pequeño Formato g)-Ángeles Adoradores h)-Floreros ¡)-Atriles de Altar j)-Candelabros de Sagrarios k)-Manteles de Altar l)-Capas Pluviales Ornamentales m)- Reclinatorios y n)-Expositores del Santísimo Sacramento.

Dr. Arq. César Iván Feris-Iglesias (Cursillo No 5) Arq. César Langa Ferreira (Cursillo No 549)

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