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***Este artículo es parte de una SERIE ESPECIAL del Padre Luis Norberto Correa sobre el tema de las superticiones y los amuletos.***

 

¿Para arriba o para abajo? Esa es la cuestión de este amuleto... que se utiliza para ahuyentar el mal de ojo. La superstición creció de la mano de la leyenda de San Dunstan, quien era herrero antes de convertirse en arzobispo de Canterbury.

La leyenda narra que el diablo entró en la tienda de Dunstan y le pidió que le pusiese una herradura a su caballo. Dunstan fingió no reconocerlo y lo hizo; pero en lugar de clavarla en la pata del animal, lo hizo en el pie del demonio. Dunstan accedió a retirarla, aunque solo después de que le prometiera que nunca entraría en un hogar con una herradura clavada en la puerta.

Vemos como una vez más se sustituye la protección de Dios. Eso se llama superstición, idolatría. Más aún, nos parece un menosprecio a nuestra fe el uso de un Santo para justificar una leyenda tan absurda. Cuidado, que ni metiendo a un Santo vamos a creer semejante cuento. 

Cuidado, hermanos míos.

 

Padre Luis Norberto Correa